¿Cómo trasplantar el riñón de un bebé con 100 minutos de vida a un adulto?

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Un recién nacido, que vivió menos de dos horas, se convirtió recientemente en el donante de órganos más joven del Reino Unido.

Los doctores del University Hospital of Wales, en Cardiff, realizaron la operación tres minutos después de que Teddy Houlston muriera.

Teddy sufría de una enfermedad que impedía el crecimiento del cerebro y craneo.

Sus riñones fueron utilizados para salvar la vida de un adulto.

Pero, ¿cómo se hace este tipo de trasplante?

Esta es la pregunta que hizo BBC Mundo a Paloma Martín, especialista en nefrología y trasplante renal de la Clínica Universidad de Navarra en España.

«Dentro del mundo de los trasplantes no se aconseja que se utilicen órganos de donantes pediátricos porque estamos hablando de vasos sanguineos muy pequeños y el riesgo de trombosis es muy alto», dijo la doctora Martín.

«Normalmente los donantes son mayores de cinco años de edad y con más de 15 kilogramos de peso. Pero ha habido casos en los que se han utilizado donantes muy jóvenes, como en este caso», dijo la doctora Martín.

Dos en vez de uno

Teniendo en cuenta que el tamaño del riñón de un bebé es 30 veces más pequeño que el de un adulto, lo más lógico sería pensar que sería más fácil si se trasplantara a un niño.

Pero al parecer no es así.

«Por lo general no se recomienda que (los riñones) se utilicen para un receptor joven debido a la complejidad técnica», dijo la especialista.

En el caso de que el receptor sea un adulto lo que se hace es trasplantar los dos riñones en bloque.

«Cuando el donante tiene menos de cinco años y menos de 15 kilos se utilizan los dos riñones para sustituir uno de los riñones del adulto. Trasplantando los dos riñones en bloque aporta más función renal», explicó la doctora Martín.

«De todas maneras también hay que tener en cuenta las características del receptor. Aunque no se han dado detalles de las personas que han recibido los riñones de un bebé lo más probable es que sea un adulto que no sea muy grande de peso y de tamaño», añádió.

Más complejo

Teddy padecía anencefalia, una rara enfermedad congénita que resulta en la falta de parte del cerebro.

Este hecho hizo que el caso de este trasplante fuera todavía más peculiar.

«El donante anencéfalo añade una complejidad que es el diagnóstico de muerte. Es difícil establecer los criterios de fallecimiento», dijo Martín.

«Cuando un donante fallece se tiene que diagnosticar el fallecimiento. Hay dos tipos: por muerte encefálica o a corazón parado que es cuando se para la circulación y la respiración. Teóricamente, en los bebés anencéfalos, se diagnosticaría una muerte encefálica, pero es difícil porque les falta parte del cerebro. Se plantean dudas de si hay que mantenerlos intubados o no. Es bastante más complejo que un fallecimiento normal», explicó.

Los padres, Evans y Mike Houlston, esperaban gemelos cuando a las doce semanas del embarazo los médicos les notificaron la rara enfermedad que padecía uno de ellos.

A pesar de la noticia, los padres tomaron la difícil decisión de tener al bebé y donar sus riñones.

El caso de Teddy ha inspirado a miles de personas a donar sus órganos.

Fuente de inspiración

Hoy en día es raro que los bebés sean donantes.

No obstante Angharad Griffiths, una enfermera que ayudó a completar el transplante, le dijo a la BBC que «estaba convencida» que un trasplante similar podría llevarse a cabo con éxito en el futuro, algo con lo que está de acuerdo la doctora Martín.

En la actualidad, «este tipo de casos son esporádicos. Debido a su complejidad muchos hospitales no cuentan con los medios y conocimientos necesarios. Pero la técnica está mejorando por lo que es muy probable que aumenten los casos en el futuro».

El caso de Teddy ha vuelto a poner el foco sobre la donación pediátrica como manera de incrementar el número de órganos donados en el futuro.

Por el momento, ha hecho que más de 15.000 británicos se decidieran a registrarse como donantes, según fuentes médicas.

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