El saludar de beso, dilema en días de coronavirus

AP Milán

Cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, se acercó a saludar de beso en la mejilla al primer ministro italiano Giuseppe Conte, no una sino en dos ocasiones durante una cumbre en Nápoles esta semana, fue mucho más que un saludo.

Fue una señal para que los ciudadanos no teman a sus vecinos mientras se propaga el coronavirus proveniente de China y el cual llegó a Europa vía Italia.

Los besos amistosos en la época del coronavirus se han convertido en un nuevo dilema, especialmente en el efusivo sur de Europa, donde quizás tengan que cambiar las costumbres.

Pero incluso los norteños más reservados están lidiando con renunciar al sagrado apretón de manos.

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