CRD plantea antídotos para combatir los males de la justicia

SAN FRANCISCO  DE MACORIS.-  El Consejo Regional de Desarrollo (CRD), dijo que uno de los graves problemas de la justicia dominicana, lo constituye el sistema implementado para la elección de los miembros del Consejo del Poder Judicial, por dar cabida a la corrupción, en virtud de que los aspirantes a integrar el mismo, además de asumir inadecuados compromisos, deben invertir cuantiosos recursos económicos que deben recuperar.

La entidad, quien tiene entre sus principales ejecutivos al empresario Abraham Abukarma, indica que la referida debilidad está impidiendo al país, que sus  jueces con mayor capacidad gerencial  y  de probada reciedumbre moral, tengan en sus manos la dirección de las políticas y  los adecuados controles éticos y administrativos que exige nuestro sistema judicial.

Añadió que  ponderando  la deficiencia indicada y la crisis que por ella se avecinaba, hace dos años el CRD,  propuso al actual Consejo del Poder Judicial la creación de un órgano de control, supervisión y planificador integrado por jueces de reconocida trayectoria social, capacidad gerencial y vocación de bien, pero  lamentablemente para perjuicio del país,  la  propuesta fue rechazada.

Resaltó que pese al tren judicial contar con jueces bien calificados para dirigir sus políticas y su dirección administrativa, estos recursos humanos no son aprovechados, dejándose de utilizar a magistrados de capacidad gerencial  y  de solidez  moral incuestionable, como resultan los casos,  de los magistrados Guillermina Marizan Santana,  Arelis Ricout, Aníbal Medrano, Sonia Domínguez, Banahi Báez, Marcos Vargas, Ramón Horacio González  y  Julio César Canó,  entre otros.

Manifiestó que penosas lagunas humanas y ausencia de una adecuada preparación, han hecho perder al Consejo del Poder Judicial los sanos motivos que tuvo el legislador para su creación, en razón, de que una vez sus incumbentes asumen  sus funciones, manejan su accionar conforme a sus deseos  y criterios personales, y no en función de los sagrados intereses institucionales de los jueces que son sus electores.

Señala a su vez, que es muy  difícil que una justicia se desarrolle, cuando la conducción de su carrera judicial esté bajo el mando de personas carentes de una adecuada experiencia gerencial, además, donde haya un marcado respeto a la misma y a sus especialidades, al convertirse en una mala práctica, que los ascensos de jueces, resulten de cabildeos externos e internos, cuando los mismos deben ser la resultante del tiempo y la hoja de servicio de cada juez.

Finalmente sostiene, que  para conducir  nuestro  Poder Judicial  por un mejor sendero, es una obligación imperiosa, que nuestros líderes políticos, se proponga cambiar el sistema  utilizado para las elecciones de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, para integrar la misma por los jueces de carrera más idóneos, haciendo que su escogencia, sea producto de su hoja de servicio, jamás de cabildeos y de entrevistas humillantes, frustratorias  y desconsiderantes de la dignidad de una persona.

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