Contaminación: ‘Beryl’ arrastró al malecón la basura tirada en los ríos Ozama e Isabela

SANTO DOMINGO.-Las lluvias registradas el pasado martes por los remanentes de la tormenta tropical Beryl dejaron a su paso cerca de mil toneladas de basura, las cuales fueron arrastradas por los ríos Isabela y Ozama hacia la costa del litoral sur en el Distrito Nacional.

Los 280 milímetros de agua acumulada entre el martes y el miércoles no se acercan a los 409 milímetros reportados cuando el huracán Georges, sin embargo este último no provocó este efecto.

La razón es clara, las aguas de “Beryl” encontraron el Ozama y el Isabela infectados de la basura que producen los siete municipios del Gran Santo Domingo que les atacan y parte de la provincia de Monte Plata.

Vista  de la  basura acumulada  por el puente flotante.  Elieser tapia

Vista de la basura acumulada por el puente flotante. Elieser tapia

Solo en el Distrito Nacional la mayoría de los barrios que se han levantado de manera improvisada y sin planificación a orillas de los ríos Ozama e Isabela tienen una densidad poblacional superior a los 20 mil habitantes por kilómetro cuadrado, con deficiencias de servicios públicos, como el drenaje sanitario y la recogida de la basura.

Los que están más cerca del río tienen esos afluentes como su vertedero.

Poca coordinación

El martes y el miércoles el puente flotante que está sobre el río Ozama, al final de la conocida como “ Avenida del Puerto”, sirvió de represa para los cientos de toneladas de basura que junto con las lilas arrastraba ese afluente hacia su desembocadura.

Las aguas del Ozama llegan al mar por el muelle de Sans Soucí y las corrientes suelen correr hacia el Malecón de Santo Domingo por la playa de Güibia, llevando a esos lugares todo lo que arrastran sus aguas.

Por eso, cuando los técnicos del Ministerio de Obras Públicas decidieron levantar el puente flotante para evitar que la presión de la basura acumulada le provocara daño, esta siguió su ruta como si fuera una lava fétida hasta inundar el litoral del Malecón.

Esa basura, por tanto, no fue tirada directamente al mar, sino a los ríos Ozama e Isabela, pero su destino terminaron siendo las movidas aguas del mar Caribe.

El alcalde del Distrito Nacional, David Collado, dio garantías de que el próximo miércoles ya se habrá recogido la basura vertida en el Malecón, con un gasto de 10 millones de pesos.

Reveló que muchos de los plásticos sacados del mar revelan que el origen de los mismos corresponde a distintos municipios del Gran Santo Domingo y Monte Plata.

Empresas comunitarias

Hace unos 15 años el Ayuntamiento del Distrito Nacional incorporó las llamadas empresas comunitarias a la recogida de la basura de barrios de las márgenes del Ozama y el Isabela, debido a que los camiones convencionales no pueden llegar a esos sectores.

El director ejecutivo de la Fundación Escoba, Arístides Arroyo, valora el trabajo de esas empresas y afirma que gracias a eso no se produjeron inundaciones de las cañadas que desembocan en esos ríos. Pero lo cierto es que la basura sigue fluyendo en esos afluentes y termina en el mar.

Malecón recibió unas 70 toneladas de plástico

Reciclajes. Unas 70 toneladas de plásticos han sido retiradas del malecón de Santo Domingo luego de que un alud de basura lo inundara tras las lluvias de la semana pasada.

El alcalde del Distrito Nacional, David Collado, plantea que eso demuestra que la producción de plástico en el país debe regularse para disminuir la contaminación ambiental, especialmente en las costas.

“Se debe reducir la producción de plástico y hacer una campaña de educación ciudadana para su reciclaje”, manifestó Collado.

La producción de plástico se ha convertido en uno de los puntos de atracción para los medioambientalistas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente establece que al ritmo que va la humanidad en pocos años el mar albergará más plástico que peces.

Este material, por su capacidad de flotar, sobresalía en la basura que bordeó el litoral sur de Santo Domingo.

Aunque esa basura no fue vertida directamente al mar, sino a los ríos Ozama e Isabela, fue su destino final, al igual que las aguas de los dos afluentes que distinguen al Gran Santo Domingo.

Publicaciones Similares