Colegios pequeños al borde de la quiebra por Covid-19

Santo Domingo, RD

Las secuelas del Covid-19 han tocado las puertas a los pequeños centros educativos privado de Los Alcarrizos y Pantoja, los cuales se encuentran en la antesala de la quiebra por la incidencia del nuevo coronavirus. 

“Como colegio colapsamos, pero lo más triste para nosotros es que esos niños no tienen donde ir…de corazón lo digo”, expresó Carlixta Dávila Medina, directora y propietaria del Colegio Dávila Hernández (DAHER) ubicado en Pantoja, al contar la incertidumbre en la que se encuentran sumergidos la mayoría de los centros educativos privados.

Los colegios afectados en esa zona suman más de 115, los cuales tienen cuotas bajas para poder prestar sus servicios de enseñanza a una población “sumamente vulnerable”. 

“Nuestras mensualidades son económicas pero ni eso pueden pagar. Los padres quieren pero prácticamente no pueden”, dijo Dávila Medina. 

La cuota del centro oscila entre los 1,100 pesos para los estudiantes de inicial-primaria y 1,200 pesos para los del nivel medio. 

En el centro de estudios que dirige la también maestra de Lingüística, normalmente se inscriben 345 estudiantes. Sin embargo, por la incidencia del  Covid-19, hasta el momento solo se han reinscrito 45 niños. 

La directora cuenta que aún no tienen la certeza de que logren culminar el año, situación que encamina al colegio y a su equipo a la quiebra. 

Muchos de los padres tuvieron que retirar a sus hijos del plantel, debido a que no pueden pagar la mensualidad, mientras otros no tienen ni siquiera acceso a internet y como si fuera poco, otros no manipulan las herramientas tecnológicas. 

La directora contó a Listín Diario que en conjunto con su equipo de profesores tratan de hacer un trabajo apegado a la calidad educativa pero es “cuesta arriba” en estas condiciones. El colegio tiene 18 docentes en dos tandas y el salario de estos no alcanza la cantidad de un sueldo mínimo, detalló Dávila Medina, al tiempo que aseguró que sus docentes fueron sus alumnos cuando impartía clases en escuelas públicas. “Mis maestros han sido mis alumnos y ahora trabajan por un salario precario que les puedo pagar. Es como una gran obra”, destacó. 

Ante la situación que ha tomado de sorpresa a estos colegios, la educadora exhortó al presidente Luis Abinader y al ministro de Educación, Roberto Fulcar, a que sean incluidos en las facilidades que ha diseñado el Minerd para el inicio de docencia a distancia.

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