«Por fin saldremos de la oscuridad», dicen hispanos en NY

AP Nueva York

Fausto Jiménez lleva 12 años conduciendo por la ciudad de Nueva York «con un susto encima». El inmigrante ecuatoriano de 64 años, que vive ilegalmente en Estados Unidos, asegura que no tenía otro remedio que conducir sin licencia si quería seguir trabajando como carpintero.

El martes, sin embargo, siente que le cambió la vida. Jiménez se unió a otros inmigrantes hispanos como él para celebrar que el estado de Nueva York aprobó legislación que autoriza a inmigrantes sin permiso para residir en el país a obtener una licencia y conducir sin preocupaciones.

«Estoy desesperado por que llegue el día en que pueda obtenerla», dijo sonriente durante una rueda de prensa en la sede del grupo activista Se Hace Camino Nueva York, que lleva años haciendo campaña para lograr la aprobación de la legislación.

Nueva York se convirtió en el 13er estado del país en autorizar las licencias de conducir al aprobar los legisladores una ley que fue promulgada el lunes por la noche. El Senado estatal encabezado por los demócratas votó 33-29 en favor del proyecto de ley tras varias horas de debate, y el gobernador Andrew Cuomo, también demócrata, lo promulgó rápidamente.

Connecticut, California, Colorado o Nuevo México son algunos de los estados que permiten conducir a inmigrantes sin papeles.

Jiménez, que lleva 22 años en Estados Unidos, dijo sentirse muy «dichoso» y aseguró que a partir de ahora temerá menos la posibilidad de que le pare la policía. Debido a su trabajo, explicó, viaja a Brooklyn, Manhattan o Queens constantemente y necesita transportar herramientas con él.

Según datos oficiales, la nueva legislación podría beneficiar a más de 250.000 inmigrantes sin autorización que viven en el estado.

Cuomo respaldó la propuesta el lunes aunque expresó inquietud de que las autoridades migratorias federales se aprovechen de la información en las nuevas licencias para iniciar procesos de deportación. La fiscal general del estado aseguró que revisó la legislación y declaró que ésta cuenta con suficientes provisiones para proteger la información personal de los inmigrantes.

Los inmigrantes que viven en las zonas rurales del norte del estado fueron algunos de los que más celebraron la aprobación de la nueva ley.

«Por fin vamos a salir de la oscuridad y movernos libremente», dijo a The Associated Press Luis Jiménez, que trabaja en una granja lechera cerca de la frontera con Canadá.

«Los inmigrantes que trabajamos en la agricultura aportamos todos los días para que todos los neoyorquinos tengan comida en su mesa y no pedimos mucho, sólo ser incluidos en la sociedad», agregó el mexicano, miembro de un grupo llamado Alianza Agrícola. «Ojalá que con esta ley se caiga ese muro invisible que nos impide avanzar».

Varios legisladores y grupos políticos republicanos expresaron el lunes su clara oposición a la nueva ley.

Nick Langworthy, dirigente del partido republicano del estado, dijo que los demócratas siempre ponen por delante los intereses de «aquellos que quebrantan la ley por encima de los intereses de contribuyentes».

Otros dijeron que la nueva ley podría derivar en fraude si los inmigrantes usan las licencias para intentar empadronarse. Activistas como los de Se Hace Camino Nueva York insisten en que harán una campaña para informar a inmigrantes de que sólo usen las licencias para conducir en el estado de Nueva York.

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