EE.UU.: la policía mata a Richard Matt uno de los dos asesinos fugados de Nueva York

La policía de Estados Unidos mató este viernes a uno de los asesinos fugados hace tres semanas de una cárcel de Nueva York.

La policía disparó mortalmente a Richard Matt, de 49 años, cerca de la frontera con Canadá, a unos 30 kilómetros de la cárcel de la que se fugó junto con David Sweat.

Sweat, de 35 años, sigue a la fuga mientras la policía continúa rastreando un área en el sur de Malone, Nueva York.

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Las autoridades desplegaron una gran operativo de búsqueda cuando los dos hombres se fugaron.

Los dos escaparon haciendo uso de herramientas eléctricas hace tres semanas del correccional Clinton, desatando una cacería en la que han participado cientos de agentes de policía.

Sweat cumplía una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de un oficial de la policía. Matt había sido condenado a cadena perpetua por el asesinato y desmembramiento de su exjefe.

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Operativo cinematográfico

Tras la huida de los dos hombres, fue desplegado un operativo que incluía casi medio millar de agentes de seguridad, entre locales, estatales y federales, en una región boscosa cercana a la frontera con Canadá.

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Matt y Sweat lograron evadir a las autoridades por 20 días.

Aunque los primeros indicios señalaban el país del norte como el destino inmediato de los hombres, durante 20 días Matt y Sweat lograron ocultarse y despistar a las autoridades.

Seis días después de la fuga, los perros de la policía hallaron huellas y un envoltorio de alimentos en un campamento cerca de Dannemora, muy cerca de la prisión.

El viernes pasado la policía encontró que los hombres habían usado una casa de vacaciones así que la búsqueda se enfocó en Malone, a unos 30 kilómetros de la prisión.

La fuga

Los hombres lograron abrir un hueco en la pared trasera de acero que separaba sus celdas contiguas de los pasillos internos de la cárcel, para luego trepar por una pasarela, a más de seis pisos de altura, hasta llegar a una serie de túneles y tuberías que también cortaron en su camino.

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La policía apoyó su búsqueda en varios perros.

Ambos hombres subieron por una alcantarilla para salir a una calle cercana, desapareciendo en la oscuridad a unos 30 kilómetros al sur de Canadá.

Los dos presos dejaron prendas de ropa amontonadas bajo las sábanas en las camas haciendo ver que eran sus cuerpos para no levantar sospechas de los guardias.

Los funcionarios de la prisión les vieron por última vez en el recuento de las diez y media de la noche el día de la fuga. A las cinco y media de la madrugada descubrieron el boquete, un agujero cuadrado en la pared de acero, a la altura del suelo, detrás de la cama.

También encontraron un post-it amarillo con el mensaje «¡Que tengan un buen día!» escrito junto al dibujo de una cara sonriente.

La empleada de la prisión Joyce Mitchell fue acusada de ayudar a los internos a escaparse. Según los fiscales ella les entregó las herramientas que les permitieron abrir el agujero por el que se escaparon.

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Los dos prófugos dejaron esta nota deseando «feliz día» cuando se fugaron de la cárcel.

Mitchell se declaró inocente del delito de ser cómplice de Matt y Sweat.

El estado de Nueva York había ofrecido una recompensa de US$100.000 a quien facilitara algún tipo de información.

El gobernador de Nueva York, Andy Cuomo, aseguró que la fuga de Matt y Sweat es la primera que se produce en 150 años de la Correccional Clinton.

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