Donald Trump firma un discutido decreto para redefinir el judaísmo en EEUU

AFPWashington

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró la festividad judía de Janucá ayer miércoles con un cambio controvertido de la definición del judaísmo, una decisión que permitirá detener un movimiento de boicot a Israel que se extiende en las universidades locales.

«Siempre estaré del lado de nuestro apreciado amigo y aliado el Estado de Israel», declaró el mandatario republicano durante una reunión en la Casa Blanca.

Trump, que se define a sí mismo como el presidente más proisraelí de la historia de Estados Unidos, aprovechó el evento anual para intentar seducir a los votantes judíos estadounidenses, tradicionalmente prodemócratas, de cara a los comicios de 2020.

El mandatario firmó una orden ejecutiva que redefine el judaísmo como una nacionalidad y ya no solo una religión.

El cambio tendrá un importante efecto legal ya que permitirá al gobierno tomar medidas contra el movimiento internacional Boicot, Desinversiones y Sanciones, que busca castigar a Israel por su trato a los palestinos y que se está extendiendo en las universidades estadounidenses.

Con el texto firmado por el presidente, la administración podrá recortar fondos gubernamentales a las universidades que no hagan lo necesario para bloquear la campaña de boicot.

«Nuestro mensaje a las universidades», dijo Trump, es que «si quiere aceptar la enorme cantidad de dólares federales que reciben cada año, tienen que rechazar el antisemitismo».

El gobierno israelí siempre ha afirmado que la campaña de boicot en su contra es fruto del antisemitismo.

El decreto de Trump cambia la definición del judaísmo para que se pueda aplicar la ley de Derechos Civiles de 1964 a los casos de boicot a Israel en las universidades.

«La orden del presidente Trump deja claro que el título VI de la ley de Derechos Civiles de 1964 se aplica a la discriminación antisemita basada en la raza, el color o la nacionalidad de origen», precisó la Casa Blanca en un comunicado.

Para Jeremy Ben-Ami, presidente de la organización progresista judía J-Street, el decreto presidencial «parece menos destinado a combatir el antisemitismo que a limitar la libertad de expresión y atacar a los críticos de Israel en las universidades».

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