El papa declara santa a la Madre Teresa de Calcuta
CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El papa Francisco declaró el domingo la santidad de la Madre Teresa, una religiosa que atendió a los más desfavorecidos y que se convirtió en un símbolo de una Iglesia católica que se acerca a las periferias para cuidar de los desamparados y lastimados.
La plaza San Pedro del Vaticano estalló en aplausos antes siquiera de que el pontífice terminara de pronunciar el rito de canonización al inicio de una misa al aire libre.
Decenas de miles de peregrinos, ricos y pobres, poderosos y sin techo, habían llenado la plaza para seguir la canonización ceremonia.
Para Francisco, la Madre Teresa puso en práctica su idea de que la Iglesia debe ser un misericordioso «hospital de campo» para los más pobres entre los pobres, aquellos que sufren pobreza material y espiritual.
Los peregrinos rezaron durante la noche en vigilias en iglesias de la zona y antes del amanecer se dirigieron al Vaticano, en medio de una intensa seguridad, para conseguir un buen sitio para una misa.
«Ella entregó su corazón al mundo», dijo Charlotte Smaba, de 52 años y madre de tres hijos que había viajado con un grupo parroquial desde Gabón para la misa. «La misericordia, el perdón, las buenas obras: Es el corazón de una madre para los pobres».
Se esperaba una gran afluencia de público, aunque no una multitud tan numerosa como los 300.000 que acudieron en 2003 a la beatificación de la religiosa, debido en parte a las preocupaciones de seguridad tras varios atentados extremistas islámicos en Europea. Esas preocupaciones motivaron un despliegue de 3.000 efectivos de seguridad en la zona en torno al Vaticano, así como el cierre del espacio aéreo sobre la zona.
Sin embargo, los que acudieron se mostraron entusiasmados de haber hecho el viaje: monjas, sacerdotes, voluntarios, peregrinos y turistas se aferraban a los 100.000 boletos emitidos para la misa.
Un grupo de 40 ciudadanos indios viajó desde Macerata, Italia, para rendir homenaje a una mujer que recibió las mayores distinciones civiles y humanitarias en India por su labor en las barriadas de Calcuta. Otro grupo de unas 100 personas llegó por carretera desde Kosovo.
También se esperaba la asistencia de 13 jefes de Estado y gobierno en las delegaciones oficiales, y el papa Francisco invitó a 1.500 indigentes que tendrían asientos de primera categoría y una comida de pizza napolitana en el auditorio vaticano.
Aunque Francisco se ha esforzado por mostrar a la Madre Teresa como un modelo por su gozosa dedicación a los olvidados por la sociedad, también reconocerá la santidad de una monja que pasó la mayor parte de su vida adulta en una agonía espiritual por sentir que Dios la había abandonado.
Según el reverendo Brian Kolodiejchuk, el sacerdote canadiense que lideró la iniciativa para santificarla, las revelaciones sobre esta lucha interna reveladas en su correspondencia privada tras su muerte en 1997 son un argumento más sobre su heroica santidad. Al santificarla, señaló el sacerdote, Francisco reconoce que la Madre Teresa no sólo compartía la pobreza material de los pobres, sino también la pobreza espiritual de los que se sienten «no amados, no deseados, no atendidos».
Las celebraciones del domingo en memoria de la monja no se limitaban a Roma. En Calcuta, donde la Madre Teresa pasó una vida dedicad a los pobres, se celebró una misa especial en la Casa Madre de la orden que fundó. Voluntarios y Admiradores acudieron al lugar para ver la ceremonia de canonización, que se emitiría en grandes pantallas de televisión en Calcuta y otros lugares.
Las Hermanas de la Caridad tenían previsto repartir comida entre los pobres de la zona tras la ceremonia, y las parroquias católicas en toda India servían comidas comunitarias en referencia a la labor de la Madre Teresa, dijo el reverendo Savarimuthu Sankar, de la archidiócesis de Nueva Delhi.
También se esperaba que hubiera ceremonias en Skopje, Macedonia, donde nació la Madre Teresa, así como en Albania y Kosovo, donde hay población de su mismo grupo étnico albano.
Nacida como Agnes Gonxhe Bojaxhiu el 26 de agosto de 1910, la Madre Teresa llegó a India en 1929 como hermana de la orden de Loreto. En 1946 recibió lo que describió como «una llamada dentro de la llamada» para fundar una nueva orden dedicada a cuidar de los más rechazados, los «más pobres entre los pobres».
En 1950 fundó las Misioneras de la Caridad, que se convirtió en una orden global de monjas reconocibles por sus saris con franjas azules, así como sacerdotes, frailes y trabajadores legos.
En 1979 recibió el Nobel de la Paz.