Invasión rusa a Ucrania y la mentada neutralidad del COI
El Comité Olímpico Internacional siempre adoptó posturas políticas, desde la admisión de jeques y la realeza en su seno hasta la aceptación de una banca en las Naciones Unidas para promover diálogos de paz entre las dos Coreas. El organismo, sin embargo, siempre pregonó una «neutralidad política», que la invasión rusa de Ucrania pone en duda.
La politización del COI se hizo evidente durante los Juegos Olímpicos de 1936 en la Alemania de Hitler. Durante la Guerra Fría, los juegos fueron escenarios de conflictos (en Ciudad de México), violencia (Múnich) y boicots (Moscú). A lo largo de su historia el COI mantuvo relaciones con estados autoritarios como China y Rusia, escenificando los juegos de verano del en Beijing y Moscú, y los de invierno en Sochi y Beijing.
La realidad es que el COI es una empresa sin fines de lucro, con sede en Suiza, que genera el 90% de sus ingresos con la venta de los derechos de transmisión de sus justas y patrocinios. Y que debe satisfacer a sus patrocinadores, un fenómeno relativamente nuevo.
Hace 30 años, al borde de la bancarrota, el COI cambió de dirección y se hizo más comercial y profesional. Los deportistas olímpicos piden premios cada vez más altos, a sabiendas de que sus carreras son frágiles (solo un 30% participan en más de una justa olímpica).
El acto político más visible involucra el desfile inaugural de los juegos, con la participación de 206 naciones y territorios. A título de comparación, la ONU tiene solo 193 estados miembros.
Tras la invasión de Ucrania, el COI recomendó que las federaciones deportivas y organizadores de eventos «no invitasen o admitiesen» a deportistas rusos o bielorrusos. Pero lo hizo no por la guerra en sí, sino porque se había violado la «tregua olímpica». Tampoco suspendió a los comités olímpicos ruso y bielorruso ni a miembros del COI de esas naciones, ni pidió a sus principales patrocinadores que tomasen medida alguna contra esos países.
El COI trata de quedar bien con todo el mundo.
«Asumir una postura firme hacia Rusia es algo relativamente seguro. Los únicos que son criticados somos los que ponemos en evidencia las inconsistencias del COI«, expresó Helen Hefferson Lenskyj, profesora emérita de la Universidad de Toronto y autora de «The Olympic Games — A Critical Approach» (Los Juegos Olímpicos – Un enfoque crítico).
¿Alguien escucha a los deportista?
El COI tiene una Comisión de Deportistas, que enfrenta presiones de afuera. Para participar en los juegos, los deportistas deben firmar documentos que permiten el uso de su imagen, limitan su libertad y en los que renuncian a ciertos derechos. En relación con los Juegos de Verano de Tokio (2020) y los de invierno de Beijing (2022), hubo una cláusula adicional que eximía al COI de toda responsabilidad asociada con el COVID-19.
Rob Koehler, secretario general de Global Athlete, dijo que esa organización defensora de los derechos de los deportistas ayudó a los deportistas ucranianos a hacer llegar una carta el COI pidiendo la suspensión de los deportistas rusos y bielorrusos. Indicó que no recibieron respuesta alguna.EFE